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Cual Es La Mejor Manera De Resolver Un Conflicto?

Cual Es La Mejor Manera De Resolver Un Conflicto
10 consejos para la resolución de conflictos

  1. Mantener la calma.
  2. Escuchar para entender.
  3. Acentuar lo positivo.
  4. Exponer los argumentos con tacto.
  5. Atacar el problema y no a la persona.
  6. Evitar el juego de la culpa.
  7. Centrarse en el futuro, no en el pasado.
  8. Hacer el tipo correcto de preguntas.

Más elementos

¿Cuáles son los 4 tipos de resolución de conflictos?

La resolución alternativa de los conflictos puede darse de acuerdo a cuatro procedimientos: el arbitraje, la conciliación, la mediación y la negociación.

¿Qué es un conflicto y como superarlo?

El conflicto es una situación en la cual dos o más personas con intereses distintos entran en confrontación, oposición o emprenden acciones mutuamente antagonistas, con el objetivo de dañar, eliminar a la parte rival o arrebatarle poder de algún tipo en favor de la propia persona o grupo.

¿Cuáles son los 3 mecanismos para solucionar conflictos?

Los mecanismos más conocidos son la negociación, la mediación y la conciliación, que brevemente abordaré. Es una forma de resolver un conflicto por la que las partes intentan llegar a una decisión conjunta en asuntos de interés mutuo y situaciones conflicti- vas.

¿Cuál es el primer paso para dar solución a un problema?

1. Identifica el problema – El primer paso para resolver cualquier problema es identificarlo. Es importante ser claro y específico sobre cuál es el problema y cuál es el impacto que está teniendo, ya sea en lo laboral o en lo personal.

¿Qué pasa si no se resuelve el conflicto?

¿Es bueno tener conflictos? Tipos y Consecuencias Es éste post ✅ descubrirás los tipos de conflictos que existen y las consecuencias que ocasionan. Seguir leyendo. ¿Se puede vivir sin conflictos? la respuesta es no, de manera categórica, podemos afirmar que en el día a día nos encontramos ante diferentes situaciones conflictivas.

¿Es malo el conflicto? Aquí la respuesta no puede ser tan categórica. En primer lugar, porque los conflictos nos ayudan a cambiar, a progresar y a innovar. En segundo lugar, porque depende del resultado final y del aprendizaje que podamos adquirir durante el proceso de razonamiento y negociación inherente a cualquier conflicto.

Algunas de las situaciones conflictivas ante las que nos enfrentamos son simples y su solución la tenemos ya aprendida o es obvia en función de nuestros conocimientos y valores. En estos casos nuestra respuesta al conflicto es casi automática, pero en otras ocasiones la situación es compleja, bien por su carácter novedoso o porque su solución implica la negociación con diferentes personas con planteamientos opuestos.

  • En cualquier caso y como regla para aplicar en la mayoría de las situaciones, el conflicto hay que afrontarlo.
  • No abordarlo en el momento y forma oportunos puede provocar que se vuelva más intenso.
  • Una necesidad inicial insatisfecha puede dar lugar a otras necesidades nuevas, también insatisfechas.
  • Por eso los conflictos tienden a acentuarse y poco a poco las diferentes partes van encolerizándose y alejándose hasta llegar a un punto en que el enfrentamiento se transforma en perjudicial para todos.

Hay que saber identificar y anticiparse a ese punto de inflexión en el que el conflicto puede pasar de ser constructivo a ser destructivo. Tras una revisión de diferentes autores que han trabajado sobre este tema se presenta a continuación una clasificación, ilustrada con ejemplos, de los conflictos que pueden darse dentro de una organización en función de su naturaleza:

Conflictos de relaciones : debidos a comunicaciones inadecuadas, comportamientos negativos reiterados entre las partes, estereotipos, déficit de habilidades de comunicación,

Ejemplo: las personas muy sinceras o asertivas suelen ser más propensas a este tipo de conflictos.

Conflictos de valores : se producen por diferencias de criterio y percepción a la hora de evaluar ideas y decisiones.

Ejemplo: un empleado que discute con su jefe porque las condiciones de crédito a los clientes pueden poner en riesgo la sostenibilidad financiera de la compañía.

Conflictos basados en intereses : su origen esta relacionado con las motivaciones opuestas sobre el trabajo a realizar, la forma de evaluarlo, de reconocerlo,

Ejemplo: Un directivo argumenta que a la hora de evaluar objetivos es necesario considerar el nivel de calidad y trabajo en equipo, mientras que otro considera que es mejor recompensar exclusivamente el logro de objetivos cuantitativos.

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Conflictos por diferencia de información : debidos a la ausencia o limitaciones de información o a criterios diferentes sobre lo que es relevante y lo que no lo es.

Ejemplo: Un empleado que no dispone de información sobre los cambios en un proceso provocará conflictos y si no se aclara el tema puede estar dando imagen de incompetencia o mala actitud, cuando en realidad sólo se trata de falta de información,

Conflictos relativos a la inequidad estructural : motivados por percepciones desiguales de autoridad o poder o por la distribución no equitativa de recursos.

Ejemplo: Cuando un determinado departamento de la empresa siempre se lleva los reconocimientos los empleados de otros departamentos pueden considerarlo injusto ya que en el proyecto colaboran diferentes áreas de la compañía.

Conflictos de recursos : cuando dos o más partes quieren algo, tangible o intangible, que no abunda en la organización

Ejemplo: Dos empleados con la misma función, derechos y responsabilidades se disputan la utilización del único equipo de medición de última tecnología existente en el departamento y que reduce a la mitad el tiempo de una tarea que los dos necesitan realizar el mismo día en localizaciones dispersas. Una vez analizados los diferentes tipos de conflicto que pueden darse en una organización en función de su naturaleza, vamos a apuntar sus posibles consecuencias según se afronten de manera destructiva o constructiva:Si afrontamos el conflicto de manera destructiva sus posibles consecuencias serán:

Consumiremos energía que podríamos utilizarla para otras cosas. Romperemos la cohesión del equipo de trabajo. Afloremos hostilidades interpersonales. Crearemos un ambiente negativo en el equipo. Provocaremos sentimientos de desánimo, impotencia, inseguridad. Incluso generaremos problemas de salud a los afectados.

Mientras que si lo afrontamos constructivamente es más probable que:

Obtengamos mejores resultados como consecuencia de un mejor clima laboral. Hagamos visibles problemas que no estábamos viendo y su posible solución Tomemos mejores decisiones. Podamos conocernos mejor a nivel personal a nosotros mismos y a los demás. Mejoremos el trabajo en equipo, siendo más eficientes y consiguiendo mejores objetivos. Favorezcamos los intereses de otras personas en el equipo. Fomentemos la creatividad y la innovación, palancas clave de la sostenibilidad de las organizaciones.

Para acabar este artículo comparto una experiencia personal que probablemente muchas otras personas habrán experimentado en relación a las consecuencias de abordar un conflicto organizacional interpersonal de manera constructiva o destructiva: «En una ocasión al comienzo de mi vida profesional mantuve una fuerte discusión con un compañero debido a un conflicto por el uso preferente de los recursos disponibles en el departamento.

Durante la noche del día en que se sucedieron los hechos no pude conciliar el sueño y al día siguiente llegué un poco más tarde al trabajo. El motivo fue que quise comprar un obsequio para ofrecérselo al compañero y pedirle disculpas por mi actitud acalorada del día anterior. Su respuesta fue que no había pasado nada, que ya se le había olvidado y que conflictos como ese eran habituales para él en su día a día.

Tras aquella reacción concluí que el problema era suyo, no mío y que, de cualquier modo, aquel detalle sirvió para suavizar la tensión, acercar posturas y finalmente acordar un uso más equitativo de los recursos disponibles en el departamento.» : ¿Es bueno tener conflictos? Tipos y Consecuencias

¿Cuántos tipos de conflictos hay?

Los diferentes tipos de conflicto En os he hablado sobre el deseo de los protagonistas en nuestras historias y su importancia para la buena construcción de un relato o de una novela. Sin embargo, el concepto de deseo narrativo no se puede analizar correctamente sin ver, además, el de conflicto.

  • Para que tengamos un texto narrativo necesitamos un personaje que tenga un deseo, que quiera algo, y que luche por conseguirlo contra (al menos) una fuerza opositora,
  • La fuerza opositora puede ser considerada también fuerza antagonista.
  • Baste de momento con decir que existen.
  • Si nuestro personaje quiere algo y lo consigue, no estamos ante un texto narrativo, por muy bien escrito que esté.

Hablaremos de una escena, un cuadro o, quizás, una anécdota, pero no de una narración como tal. Nos gustan las historias de gente que tiene que luchar por conseguir lo que quiere, no de gente a la que le viene todo dado. Del choque que se produce entre el protagonista y la fuerza antagonista surge el conflicto narrativo. Ese conflicto será el que haga actuar a nuestro personaje y moverse para alcanzar su deseo. Es importante que dicho conflicto sea lo suficientemente fuerte como para obligar al personaje a actuar o a reaccionar de alguna manera, pero no tan grande como para impedirle cualquier tipo de acción,

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Cuando nuestro personaje actúe para superar el conflicto y se resuelva, llegaremos al desenlace de la historia, en el que se producirá, o habrá producido, un cambio en el personaje como consecuencia de su paso por dicha situación conflictiva, Dicho esto, los conflictos que se pueden clasificar en tres categorías: conflictos internos, conflictos externos y conflictos de fatalidad.

A continuación vamos a desgranar cada uno de ellos.

El conflicto interno es el conflicto más importante hoy en día en una narración. En el pasado era muy común encontrarnos con historias en las que el protagonista únicamente tenía conflicto externos, pero hoy en día nos interesa que, si hay un conflicto externo, esté apoyado o refleje lo que le sucede al personaje en su interior. Del mismo modo que hoy en día es inconcebible que un personaje no cambie al final de un conflicto, puesto que queremos ver cómo afectan los conflictos a los personajes de nuestras lecturas. El conflicto interno se produce cuando chocan la razón, los sentimientos y el cuerpo del personaje. Es decir, cuando no se coordinan el deber (razón), el querer (sentimientos) y el poder (cuerpo) del personaje. Un personaje puede tener conflictos con lo que debe hacer, lo que quiere hacer o lo que puede hacer. Imaginad un personaje que quiere correr una maratón, pero tiene ochenta años (quiere hacerla, pero no debe y probablemente no pueda) o un personaje que no asume su homosexualidad (quiere y puede serlo, pero cree que no debe). Hoy en día todos los conflictos externos suelen estar conectados con conflictos internos, puesto que esto va a dotar de profundidad a nuestras historias. El conflicto externo, por su parte, es aquel en el que nuestro personaje va a chocar contra otros personajes. Esos personajes que comúnmente conocemos como antagonistas. Aquí me gustaría aclarar que un antagonista no tiene por qué ser «malo» tal y como entendemos la maldad más habitual. Un personaje cuyo deseo choque con el deseo del protagonista puede ser un antagonista sin implicar ninguna maldad. Imaginad dos estudiantes sin recursos luchando por la misma beca, por ejemplo. El conflicto externo está relacionado también con el querer, el poder y el deber. Imaginad una chica enamorada de un chico al que trata de conquistar. Ahí no encontramos ningún conflicto interno, nuestro personaje quiere, puede y debe conquistar al chico, sin embargo el chico no siente lo mismo por ella. Es un conflicto en el que choca el «querer» de la protagonista con el «querer» del antagonista. Si en el señor maratoniano de antes, es un médico el que le prohíbe realizar la carrera, estaríamos externalizando un conflicto interno, reflejándolo en otro personaje (en este caso, obviamente, el médico). El conflicto de fatalidad es un conflicto menos utilizado porque normalmente hace que nuestro personaje tenga menos margen de actuación. Aquí hablamos de cualquier situación externa al protagonista que no pueda controlar. Por ejemplo un terremoto, una enfermedad o una institución (Universidad, Policía, Iglesia, Estado, etc.). Aquí el personaje actuará poco ya que muchas veces su lucha será en vano, pero otras veces puede servir como reflejo de otra situación, Aquí es más probable encontrar crítica social. Ejemplos de este tipo de conflicto como conflicto principal son El proceso de Kafka o la película Lo imposible, Es muy importante no ahogar del todo al protagonista con este tipo de sucesos. De nuevo, estos conflictos estarán relacionados con el poder (enfermedad o catástrofe natural), el querer (grupos de amigos o el conflicto de La Regenta con el qué dirán) o el deber (cualquier enfrentamiento con el Estado o la Iglesia).

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Por último, es importante matizar que no es necesario que en una historia aparezcan todos los conflictos. Si hablamos de relato, por ejemplo, lo más probable es que solo encontremos uno de ellos y que, de nuevo probablemente, sea un conflicto interno.

  1. En una novela, por el contrario, es habitual encontrar varios, sobre todo secundarios que se vayan resolviendo a lo largo del argumento, y que esos conflictos más pequeños sirvan para resolver el conflicto importante del protagonista (que casi siempre suele ser interno también).
  2. La cantidad de conflictos que introduzcamos depende de la profundidad y complejidad que queramos darle a la historia y del espacio narrativo que queramos que ocupe.

También hay que poner estos conflictos en relación con el deseo del protagonista y el tema de la historia para comprobar su idoneidad. Como veis, todos los conceptos están relacionados, de ese modo podemos tener una visión unitaria de un relato en lugar de percibirlo como la suma de todos estos elementos. Elementos que, por cierto, hay que tener en cuenta en la planificación y en la revisión, pero no en la escritura.

¿Cuántos tipos de conflicto hay y cuáles son?

Existen cuatro tipos de conflictos interpersonales: pseudoconflictos, conflictos de políticas, conflictos de valor y conflictos de ego.

¿Cómo se clasifican los tipos de conflictos?

Tipos de conflictos – La clasificación de conflictos desempeña un papel importante en términos de metodología. Así es como se sistematiza el conocimiento en el campo de los estudios sobre conflictos y también cómo se pueden obtener nuevos conocimientos a través de la sistematización.

Por su impacto en las actividades del grupo u organización

Los conflictos pueden ser constructivos o destructivos en cuanto a su impacto en el rendimiento del grupo o de la organización. Los conflictos constructivos o funcionales son aquellos que conllevan a una toma de decisiones informada y favorecen el desarrollo de las relaciones entre los actores del conflicto.

Por contenido

Estos conflictos pueden ser reales o irreales. Los conflictos reales son los que causan descontento con las condiciones concretas, un reparto injusto, determinados beneficios entre los participantes. En general estos conflictos tienen como objetivo lograr un resultado determinado.

Por la naturaleza de los participantes

Aquí el conflicto se tipifica en intrapersonal, interpersonal, entre persona y grupo e intergrupal El conflicto intrapersonal se produce cuando hay desarmonía entre varios factores psicológicos del mundo interior de una persona, como sentimientos, valores, motivaciones, necesidades, etc. El conflicto entre persona y grupo, que surge cuando un miembro de un grupo u organización viola las normas de comportamiento establecidas por el grupo u organización, o las leyes de comunicación aceptadas en los grupos informales. El conflicto intergrupal es aquél que tiene lugar entre grupos formales y/o informales que integran una sociedad u organización.

En función de las características de las partes en conflicto y de las condiciones en las que se desarrolla el conflicto

En función de las características de las partes enfrentadas y de las condiciones de desarrollo, los conflictos suelen ser internos, externos y antagónicos. Los conflictos internos : se caracterizan por la interacción de dos o más actores opuestos dentro de una comunidad o grupo de personas.

  • Los conflictos externos : se trata de la interacción de opuestos pertenecientes a entidades diferentes (grupos, clases, etc.).
  • Los conflictos antagónicos: se encuentran entre los más intensos, ya que representan la interacción entre grupos sociales irreconciliablemente opuestos.
  • El concepto de antagonismo es muy común en medicina y biología: puede haber antagonismo de dientes, músculos, microbios, fármacos, venenos, etc.

Además, en matemáticas, el antagonismo se considera lo contrario al interés. En su forma más pura, el antagonismo se da en los procesos sociales. A todo lo anterior hay que añadir que una correcta comprensión e interpretación de los conflictos, así como de sus funciones, características, esencia y consecuencias es imposible sin la clasificación de los mismos, para luego analizarlos y sacar provecho de lo acontecido en medio del conflicto.